Y yo volví, claro que volví
y tú me recibiste en tu viejo sillón.
Y dejaste el libro a un lado,
me miraste por encima de tus gafas peludas
y sonreíste.
Y yo me senté a tu lado
y tu me rodeaste con tu brazo
y así, de repente
volvimos a empezar.
volvimos a empezar.
Muy tierno, me encanta!
ResponderEliminarGracias, Colo. Los dos lo entendemos bien, ¿verdad?
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